RELEER A WILLIAM JAMES

Por: Dr. Alfredo Sánchez Carballo 

Según mi experiencia, todo texto en ciencias sociales, humanas y del comportamiento se convierte en una obra “clásica” porque no solo se trata de un texto estrictamente académico, sino que además está escrito de tal manera que es un aporte literario más allá de la disciplina. Es decir, su lenguaje es claro a pesar de la especialización de los temas que tratan. Pensemos en obras como El Capital de Karl Marx, La Condición Humana de Hana Arendt, Pensamiento y Lenguaje de Lev Vigotsky, Economía y Sociedad de Max Weber, entre otros tantos. En lo que podría extenderse una lista innumerable también ha ganado un lugar los Principios de Psicología de William James: libro que cumple con las dos características enunciadas.

            Muchos interesados en ciencias sociales y del comportamiento hemos leído y revisado, sino completamente, sí de forma parcial los Principios de Psicología (PDP) de William James, otros tantos han sido lo suficientemente curiosos para asomar la vista a algunos de sus capítulos sin mayor profundidad. Aunque en otras ocasiones, de manera sorprendente, nos hemos encontrado con que algunos estudiantes de diversas facultades de psicología que no han tenido un mínimo acercamiento con esta contribución clásica en nuestra disciplina. Cualquiera que sea nuestro caso, la obra de James no pasa desapercibida, tanto por su calidad o el volumen de ideas vertidas en este gran libro. Lo que podría animarte a acercarte a una obra de esta calidad es que la compares con un viaje por el territorio de lo que hasta hoy se conoce como la mente

            La curiosidad siempre debe ser compartida; esta es otra cosa en la cual creo cuando me encuentro con una obra en la cual pienso debe tener más lectores. Para otros curiosos del comportamiento humano, en Principios de Psicología pueden encontrar algunas respuestas a la definición de psicología por un lado y, por otro lado, una discusión sistemática entre el concepto de mente y de la naturaleza de la conciencia, algo así como el descubrir qué aportes han tenido otras subdisciplinas como la psicofisiología a las ciencias de la mente y la conducta.

           Ante esto, cabría preguntarnos: ¿por qué continúan vigentes las ideas de un especialista que escribió sobre la mente humana hace más de 100 años? ¿qué provecho podríamos obtener tú y yo a partir de la revisión de las ideas que James trazó en el libro Principios de Psicología? Porque el libro ya trataba, desde el momento en que fue diseñado por el autor, el ámbito de lo mental; las relaciones de éste primer ámbito con la fisiología; las corrientes del pensamiento; la función de la conciencia; la importancia de explicar la emociones; la relevancia de exponer las actividades cognitivas “superiores”: atención, memoria, factores del razonamiento, emociones, voluntad, entre otros temas fundamentales para la psicología y las ciencias del comportamiento. Al final de cuentas, estimados lectores, se trata de temas que nos acontecen a todos.